martes, 1 de noviembre de 2016

Against The Wind

Mi psiquiatra dice que el único arma que tengo para luchar contra mi carácter obsesivo es mi falta de concentración y finalización.

Sigo con una obsesión punzante por la maldita experiencia.

I wish I didn't know now what I didn't know then...


martes, 25 de octubre de 2016

In/fidelidad, In/ocencia e In/experiencia

Ei, estás ahí? 

Si? Menos mal... Llevo mucho sin pasar por aquí y pensé que ya te habrías marchado.

Me apetece hablar de in/fidelidad contigo.

Yo sé que es un tema complejo que levanta peliagudas ampollas de esas que luego se convierten en úlceras. Pero hagamos de nuestra capa un sayo y vamos allá:

Tengo una amiga escépticamente romántica. Lo que significa que no es alguien que se deje llevar por el aura rosácea que envuelve el término "romanticismo", pero cree en el amor acérrimo e incondicional hasta las trancas. 

Hace unas semanas, hablando con ella, me explicaba de sus planes de cambiar de país por amor, para poder vivir todas las noches y sus días junto a la persona que había escogido para su futuro.

Y sí... lo has adivinado. La palabra clave en la última frase es ese "había" furtivo que te he colado por la escuadra. Sé que estás asintiendo socarronamente delante de tu pantalla iluminada, mientras yo te miro con mosqueo y niego con la cabeza desde el otro lado. Porque te conozco y sé que a ti también te han puesto los cuernos alguna vez. Y cuando te acuerdas no te ríes. Porque no te hace ni puta gracia, claro.

El caso es que como bien han intuido tus avispadas y retorcidas neuronas hace un ratín, el otro día llamó mi amiga en modo intenso y alicaído porque había leído unos whatsapp donde se descubría el amargo pastel de infidelidad que cocinaba su partenaire a sus espaldas.

No sonrías de rasqui, que te veo y te sermoneo otra vez.

Sigamos.

El caso es que revivir con ella esos sentimientos me causó verdadera angustia. Llámame empaticoide, pero es que me alucina cómo los sentimientos desagradables se te quedan dentro para salir a la que alguien les da un silvidito. Y están intactos los jodíos.

Te acuerdas de la primera vez que lo sentiste? Cuando estás convencido de que esa persona es incapaz de traicionarte por todo lo que te ha estado contando y aun peor, por todo lo que ha dejado que tú le contaras? Y aun así te lo hace. Te engaña y encima de la forma más despreciable y repugnante.

Nunca es sutil. Nunca elegante. Chapucero y vulgar. 

Y cuando se te han caído todos esos palos del chozo y tienes que pacientemente volver a colocarlos, se supone que has aprendido una lección vital. 

Entonces vas por la vida dejándote un pie fuera en todas las relaciones humanas (en las animales todavía no. Todo se andará). Y con ese pie fuera, como diciendo "desde aquí puedo coger impulso en sentido contrario cuando yo quiera", vamos tanteando al personal y dando lecciones a dedo alzado a los que aun creen en la idea de fidelidad, con lo triste que es ser profeta en esa tierra. Guardándote esa bala de  "si es que ya te lo decía yo... que no se puede poner la mano en el fuego por nadie" para dispararla a la que intuyas que algún inconsciente ha dejado los dos pies dentro del barro y ahora está de mierda hasta el cuello. Mientras, claro está, te vas soplando los deditos de la mano cuando nadie mira porque aun te escuecen del quemazo que tú te pegaste.

Ostia, es que es una putada enorme perder esa inocencia, sabes? Esa que te firma que puede haber una media naranja más inmaculada que la Santa Paloma. Y no sólo que puede haberla, sino que tú vas y la encuentras. Y luego te llevas el ostiazo de tu vida y ala... a pasearse por el mundo con esa pátina de amargura que te ha dado la experiencia. Mirándolo todo con una ceja alzada amenazando con salirse de tu frente. Y riéndote socarronamente delante de la pantalla de los que están a punto de pegársela o se la acaban de pegar. Esperando pacientemente a que se unan al club de los que ya no se creen unas palabras bonitas aunque baje el mismísimo Neruda a recitárselas. Quenpazdescanse.

Y es que te juro que la experiencia está sobrevalorada (puños apretados a ambos lados de un cuerpo recortado sobre un atardecer de aspecto áspero).

El otro día, en uno de los lugares más remotos y sucios del planeta que habitamos vi un cartel que rezaba: "To be old and wise you must first be young and stupid". 

Tócate los cojones. 

Primero: quién te ha dicho que quiero ser old and wise? Porque a ver, lo de old no es que me haga especial ilusión. Y lo de wise... pues una vez dicho lo dicho, tampoco. 

Segundo: quién te dice que a mi la stupidity me llevará a la wisdom? Porque eso es mucho suponer para cualquier ser humano medio.

Tercero: puedo quedarme young and stupid? Es que a mi lo de young me gusta y lo de stupid pues oye, con el tiempo uno se acostumbra y tampoco está tan mal. Te revuelcas en el barro feliz como un puerco en su pocilga y a esperar que te coman hasta los andares. 

A veces me visualizo en un andén concurrido, con mi maleta Samsonite amarilla llena de experiencia irreversible, y esperando a que llegue mi tren mientras ondeo un bucólico pañuelo despidiéndome de los que se han subido al expreso en dirección a "Old and Wise".

Y cuando se alejan poco a poco soltando humareda blanquecina a diestro y siniestro, yo les grito:


- Id tirando!


martes, 27 de septiembre de 2016

La Ventana Indiscreta, TusRelatos y PseudoCaulfield.blogspot.com

Llevo varios días de reclusión hogareña oc(k)upando el espacio que hay desde mi cama al sofá.

Tengo una tortícolis aguda que me mantiene con el cuello tieso como un suricata. Con ese falso, y a ratos ridículo, aspecto de que todo a tu alrededor te produce un interés repentino y desconfiado.



Una mierda cruel y desesperante como el ego de un humorista de chiringuito. Un rabioso soplamocos de la vida para borrarte la estúpida sonrisa de teenager que tienes en la cara y recordarte que de viejóvenes está el mundo lleno. Y paro ya, que me embalo por senderos de autocompasión que sé que te aburren soberanamente.

En mi primera mañana de reclusión pensé que sería divertido observar mi barrio desde mi triste balcón en las alturas. Al más puro estilo James Stewart en La Ventana Indiscreta, pero sin la angelical  e intermitente visión de una Grace Kelly en su mejor momento pre-principado.

Desde mi piso tengo una interesante vista de toda la calle, el parque con skatepark de al lado y el pipicán del descampado de enfrente. Vale, no es gran cosa, pero menos da una piedra.

Me hice un té drenante para la retención de líquidos y me senté en el balcón con el albornoz de felpa a modo de elegante batín Hitchcockiano. Camuflándome detrás del ficus de plástico, vi a un par de adolescentes campaneros fumarse un porro debajo de uno de los pinos del skatepark, a varias grupiviejas paseando sus perretes consentidos, a madres con toda su prole corriendo como gallinas en el corral para coger el autobús y a un par de vecinos que me saludaban con semblante de sospecha intentando localizar mi cara a través de las ramas del ficus.

No había pasado una hora cuando lo dejé y me puse a ver la tele, por supuesto. Pero cuando ya llevaba unas siete horas de televisión y mi cerebro amenazaba con tirarse a la vía en señal de protesta, me puse a reflexionar sobre el anonimato mientras dormitaba en absoluta tiesez sobre la alfombra peluda del comedor.

Es alucinante la de cosas que podemos llegar a hacer cuando somos (o creemos que somos) anónimos. Yo por ejemplo, esa misma mañana espiando a mis paisanos cuando creía que nadie repararía en mi presencia. O en el blog, donde quemo mis penas a lo gonzo y sin miramientos. Y por supuesto en TusRelatos.com, donde sé de sobra que escritolectores de aquí y de allá leen mis relatos con absoluta indiferencia. Aunque en las cosas que subo sólo haya verdades enteras de mi microcosmos particular. De esas que no le cuentas a -casi- nadie; pero pasadas por harina lírica. Que siempre le da más sabor y grasa saturada al tema.

Te has tirado alguna vez un pedo delante de gente que no conoces de nada? No? Pues entonces no lo vas a entender aunque me esfuerce. Pero si lo has hecho, entonces sabes cómo me siento yo colgando en el blog y en TusRelatos mis reflexiones privadas. Cosas que son más reales que cualquier otra tontería que pueda explicarle a alguien a lo largo de mi día.

A ti, que estás leyendo esto y que teóricamente no me conoces de nada y no sabes nada de mi (al margen de lo que puedas destilar de estas frases), quiero que sepas que conoces mucho más de mis vísceras que las personas con las que trabajo y que me ven cada día. Sabes algo más que las personas con las que me acuesto y me levanto. Y definitivamente sabes más de mi que las personas que me importan de verdad en esta vida de relleno social que llevamos. Sabes más que ellos porque tenía que escoger entre no decir nada en absoluto o vomitárselo todo a extraños. Y me he aferrado a la segunda opción como si me fuera la vida en ello (porque lo cierto es que sí me va).

Siento haberte puesto en esta situación, pero yo me conformo con que te guste la gramática de una frase, con que un párrafo te haga reflexionar sobre los pedos en público o con que sonrías de rasqui durante una milésima de segundo (atrevido por mi parte, lo sé, pero te juro que esa idea me devuelve las ganas).

Esto es todo lo que me puedo comprometer a darte de momento. Y créeme que es mucho más de lo que suelo ofrecer en general a todo el que me rodea. Con esto no pretendo que te sientas afortunado/a de leerme o conseguir más estrellitas amarillas o darte pena o caerte virtualmente bien. Sólo quería decirte que me alegro de que estés aquí. Que si no tuviera la certeza de que estás, probablemente estaría pagando ayuda profesional o tirándome de alguna azotea en hora punta.

Así que seas quien seas y vengas de donde vengas, muchas gracias desconocido/a.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Medias Naranjas, Futurama y La Vida Mancha

Habéis tenido alguna vez la romántica idea de que por alguna parte en la superficie terrestre anda un ser igual o muy extremadamente parecido a vosotros?
Alguien que os entiende y os complementa?
Yo sí. Tuve esa infantiloide sensación durante muchos años hasta que, por carambolas de la vida, en mi tierna adolescencia conocí a esa persona.
Alguien que escucha la misma mierda rara que tú, que piensa las mismas paranoias intensitas que tú, alguien a quien le asustan tus mismos miedos y que se enamora de las mismas retorcidas gilipolleces que tú. Una persona con un mismo concepto vital, estético, sentimental, ideal general que tú.
Esa fue mi primera experiencia próxima al enamoramiento. Afortunadamente se quedó ahí. En el ideal general. En una especie de limbo entre la indiferencia y el amor. Larvas en el estómago que en vez de convertirse en mariposas, se deshacen y las cagas (la escatología siempre me ayuda a explicar sensaciones complejas).
Hace muy poco volví a encontrarme con esa persona y me pasaron algunas cosas muy curiosas:
Por un lado, en ningún momento me planteé que pudiera tener absolutamente nada que ver con la persona que yo había conocido 15 años atrás. Habíamos tenido un muy ligerísimo contacto intermitente que lo dejaba bastante claro y además… en fin, que me perdone Gardel pero eso de que “20 años no es nada” nunca lo tuve claro del todo.
Aun así, se parecía más a la persona que recordaba de lo que yo esperaba. Rápido me di cuenta de que había aun en esa cabeza un montón de ese ser terrícola que yo conocí y que plantó gusanos bebé en mi estómago.
De todas formas, las diferencias entre su yo pasado y su yo presente se empezaron a hacer más y más grandes a medida que me acercaba. Importantes. A voz en grito. Era el mismo ser humano, lo miraba todo con sus mismos ojos y se reía con su misma boca PERO todo a través de un velo raruno.
Sabes cuando te zambulles en el mar a pelo y abres los ojos bajo el agua, y entonces distingues un montón de formas de piernas largas y cortas, flotadores, conchas, algún que otro pececillo desgraciado, envases de plástico (en el Maresme a partir de las 12:00 a.m.), pero no eres capaz de ver nada con absoluta claridad?
Pues eso.
Como los gemelos a los que separa una placenta distinta. Y en su desarrollo fetal tienen que tocarse a través de una tela fina y casi imperceptible de tejido y célula. Imperceptible para los que estamos fuera, y un mundo entero para los que están dentro.
Pues eso.
Te gusta Futurama? Sabes el capítulo en el que Leela encuentra al único hombre cíclope vivo en todo el universo y se casa con él porque es un ser maravilloso y además podrán perpetuar su especie ciclópeda/cicloide/ciclóleda o como narices se diga? Y al día siguiente de la boda se despierta al lado de un tío totalmente distinto que la ha engañado vilmente y encima, sólo es una cucaracha inmunda con poderes para tomar formas vivas de todo tipo (incluida la forma cíclope, evidentemente).
Pues eso.



Entre esa persona y tú no ha pasado nada especial ni con enjundia en 15 largos años. Pero a ti y a él/ella, en individualidad de condiciones, os ha pasado la vida. Y la vida mancha, señoras y señores. Al menos, eso repetía el bueno de Mikel Gaztambide en sus clases de guion, con los ojos escarranchados como viejas meando en el campo.
Y yo cuando miraba a la que fue mi proto media naranja en un pasado, podía intuir allí detrás las maneras de somebody I used to know, pero no podía ver nada con claridad cristalina. Y oye, eso al final molesta. Se te cansan los ojos de tanto enfocar y al cabo del rato no estás a gusto para nada. Sólo quieres salir a la superficie, secarte la cara y saludar a tus amigos desde la orilla mientras caminas hacia ellos tranquilamente sorteando toallas, rastrillos de plástico y sombrillas.
Espero que hayas entendido lo que quiero decirte con tanto rodeo y metáfora. Al final podemos llamarlo tiempo y punto.

Aun así, no veas cómo escuece la sal en los ojos.



lunes, 5 de septiembre de 2016

Canciones Casi Perfectas: La Verdad - Siloé

Empezamos? Las reglas del juego están escritas, así que no debería ser tan difícil, aunque…

Resulta que me he dado cuenta de que hay grados dentro de una canción casi perfecta. Es decir, dentro de ese “casi” hay canciones que se acercan más a la perfección que otras, para qué negarlo.

Así que dentro de ese “casi” hay tres categorías: casi lejos, casi cerca y muy cerca. Estás pensando: joder que tía más histérica de la precisión. Y yo te contesto: correcto.

Sigamos…

La canción de hoy está, bajo mi punto de vista, más bien “casi lejos” de cuadrar el círculo. La escucho de forma intermitente después de un día en el que la estuve escuchando en bucle hasta el vómito.

Encuentro que tiene muchos peros; pero pero pero pero joder, es que tiene algo que me engancha muchísimo. Vamos a ver si escribiéndolo puedo adivinar de qué se trata.

CANCIÓN: La Verdad

AUTOR: Siloé (Fito Robles)



PROS:

- La guitarra del principio me gusta. La armónica del medio también me gusta, muy Dylan.

- La voz de Siloé es de esas voces masculinas excesivamente edulcoradas (amor/odio a Sam Smith) de las que dan un poquito de diabetes. El caso es que aun con toda su miel y siendo escépticos, me resulta bastante bonita…

- Es una canción corta, lo que para mí siempre es un punto extra. Ya te conté que soy muy fan de la condensación lírica en mi post The Hardest Part, El Nudo en la Garganta y Pulp Fiction. Dices lo que tienes que decir y acto seguido te callas. Es gloria. 

- No entendí la letra las primeras veces. Me quedaba con una sensación bastante acertada de respecto a lo que quiere transmitir, porque no está mal escrita, pero es enrevesada. Un poco cuesta arriba. Cuando fui desgranando las frases, me gustó más: “has convertido el vino en agua, vaya decepción”. Mola.

- Por lo visto el bueno de Fito es un erudito musical. Consiguió una beca de la prestigiosa escuela de composición Berklee College of Music (Boston)… Venga vale, lo he copiado de su web, pero he investigado y por lo visto sí que es bastante prestigiosa. Soy un poco freak de las universidades americanas de renombre. Es escuchar Yale, Harvard, Princeton… y me pongo a sudar de gustito. Si le sumas una fraternidad/hermandad , entonces llego al orgasmo así, tal cual.

CONTRAS:

- Es una canción que roza lo moña. No entra a saco pero lo toca con la punta de los dedos.

- Repite varias veces la frase “Sería más fácil comenzar por la verdad…”. Sé que esto es total y completamente a criterio personal de cada uno, pero la palabra “comenzar” en una canción (salvo en contadas ocasiones) me chirría hasta prácticamente el dolor físico.

- Esto no tiene nada que ver con la canción en sí misma, pero… no me ha convencido ninguna canción más de Siloé.

Bueno, qué te parece? Si no te gusta no pasa nada, despáchate a gusto que para eso tenemos libertad de expresión. 

Si te gusta, pues venga, dale otra vez al play y nos la escuchamos a pachas.

Buen lunes.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Stranger Things,Tu Lado Oscuro y Los Mundos Paralelos

Cansada de sentirme una paria en el verano del 16 (suena bonito, eh?), decidí ver enterita la serie Stranger Things. 
Culturetas del mundo: si vuelvo a oír a alguien decir que la serie es "muy de los ochenta" o "me recuerda a Los Goonies" cogeré un cuchillo sucio del lavavajillas y rebanaré cuellos cual Sweeney Todd.


Pero tú y yo, que pasamos de perder el tiempo manifestando obviedades, vamos a mirar un poco más adentro o un poco más afuera, depende de cómo lo mires. Sea como sea, divaguemos.
Bien, empiezo por el principio. Y el principio en este caso se llama Mi Hermano Pequeño. Sí, como la canción de Los Planetas pero en masculino y sin tintes incestuosos. Vaya por delante que mi hermano pequeño es el ser más maravilloso sobre la faz de la tierra, y si esto te molesta llamamos a Sweeney Todd en un momento y lo arreglamos. 
Mi hermano vive enamorado de Wynona Ryder, de todas las Wynonas en realidad. De la de Beetlejuice, de la que bebía los vientos por Johnny Depp, de la cleptómana, de la madura, de todas. Entonces cuando él fue la primera persona que me habló de la serie, no es de extrañar que la cosa fuera más o menos así:
- Tienes que ver Stranger Things.
- Porqué?
- Porque es muy de los ochenta. Y la ostia.
- Quién sale?
- Wynona Ryder.
- Ah... ya... em... vale... la... veré...
Los dos sabíamos que yo mentía, los puntos suspensivos revoloteaban sobre nosotros alegremente. 
Yo no detesto a Wynona, pero tampoco me emociona especialmente ni como actriz ni como mujer. Él puso los ojos en blanco y ahí se acabó la conversación. 
A las pocas semanas, hablando con un grupo de amigos, alguien dijo que quería verla y yo, hinchando el pecho con superioridad, les expliqué a todos que mi hermano ya la había visto y era muy de los ochenta, y la ostia. Ya sé, ya sé... soy un ser incoherente. Qué le vamos a hacer. Aceptémoslo y sigamos con nuestras vidas.
A los pocos días me encerré en el cuarto de las escobas a llorar, porque todo el mundo había visto a Wynona haciendo de madre. Todo el mundo menos yo. Llamé a mi hermano con los ojos inyectados en sangre y remordimiento en la voz. Y la vimos de cabo a rabo en una semana. Él (otra vez), mi madre (que es el segundo ser más maravilloso sobre la faz de la tierra) y yo.
A mi personalmente la serie me ha gustado mucho, pero sospecho que por motivos distintos que al resto. De entrada, la primera vez que vi dónde habitaba el Demogorgon, me quedé de piedra. Los huesos se me congelaron y la sangre no me regaba. Yo había estado ahí. Bueno a ver, estado no; pero había visto ese sitio un millón de veces y eso os lo puedo prometer en este momento.
Hace un tiempo pasé por una de las peores épocas de mi vida. Sino la peor. Sin comerlo ni beberlo un día me bajé de un tren y la luz que había en mi cabeza hizo un triple salto mortal para pasar de la parte de mi ser que yo conocía, a un rincón sombrío y oscuro en el que yo (mi yo de Descartes) nunca antes había estado y ni siquiera sospechaba que un lugar así pudiera existir.
El lugar en cuestión era un mundo oscuro, podrido, apestoso y lleno de amenazas y peligros a cada giro. Mohoso, húmedo, gris y triste. Si sigo me deprimiré yo y te deprimiré a ti, así que lo dejo aquí. Te puedes hacer una idea.
Que alguien hubiera plasmado con tanta exactitud algo que yo pasé meses intentando explicarle a personas de distinta índole (desde familiares y amigos a especialistas de todo tipo) sin conseguirlo, me pareció un auténtico prodigio. Me angustió, sí. Pero la comprensión y la empatía que sentí no se puede explicar con palabras y tampoco lo voy a intentar.
Inmediatamente después decidí informarme sobre la posibilidad de mundos paralelos, porque en mi cerebro de raciocinio reducido, pensé: y si hay un mundo paralelo por ahí y hay otra yo perdida en él y sufriendo todo el horror y las calamidades que yo sentí en aquél desgraciado momento de mi vida?
Pues dentro de mi infinito desconocimiento, no iba tan errada. Qué os parece? No, no lo digo yo. Lo dijo un científico y lo reafirmó Hawking (decirle a un ateo que algo lo respalda Hawking es como decirle a un creyente que lo ha dicho dios, lo mismito).
La teoría dice más o menos ésto y por favor tened piedad de mi personal filtro de estupidez: todo se puede cuantificar desde un punto de vista matemático. Todito todo, incluso un átomo. Pero claro, si tú agarras un átomo y lo cuantificas. En el momento de hacerlo ya lo estás variando. Y lo varías en todas sus infinitas formas, por lo que ese átomo dividido puede darte un número estratosférico de resultados y posibilidades/probabilidades. Ahora sólo hay que extrapolar el átomo al mundo. Y ahí no únicamente tendrás un mundo paralelo como en la serie, no. Tendrás un número indeterminado de mundos paralelos con todas sus posibilidades. Qué os parece? Alucinante, no? Si no lo entiendes no te preocupes, porque por ahí habrá algún mundo paralelo en el que otro tú lo entiende a la primera.
El caso es que sí, hay un sinfín de mundos paralelos por ahí, y por supuesto la idea de que haya otro yo en formato desgraciado en un mundo horrible como el que se ve en la serie y como el que yo vi dentro de mi, es prácticamente una certeza.
Y ahora no puedo dejar de preguntarme: estáran todos esos mundos en nuestras cabezas? Si es así, me he apostado conmigo mismo una cena a que el próximo salto mortal cerebril lo hago hacia un mundo en el que soy inmensamente feliz. 

miércoles, 31 de agosto de 2016

Canciones Casi Perfectas - Prólogo

Oye, te gusta la música?

Qué música escuchas?

Yo escucho de todo. Estarás pensando: qué típica es la jodía, pero te prometo que es la pura verdad. Dependiendo del momento vital, de la situación concreta y del estado de ánimo (o desánimo), me inclino por unos estilos u otros.

A veces, si estoy en modo histeria esquizofrénica, incluso escucho varios estilos a la vez y lo acabo de rematar del todo.

El caso es que me pareció interesante que aquí, entre tú y yo, le dedicáramos alguna sección a las canciones casi perfectas. Porque para qué nos vamos a engañar... las canciones perfectas son buenísimas y punto. Poco se puede ya sacar de ahí. Pero las casi perfectas tienen enjundia. Tienen chicha para roer. Me pasa exactamente igual con las personas que me cruzo por la vida. Las taras me ponen mogollón y ahora espero que a ti también te pase.

Y dicho esto, te cuento algunas musicomanías personales que debes conocer antes de entender porqué me gusta lo que me gusta y detesto lo que detesto. Ahí va:

1- Soy más de letras que de melodías. Puede haber alguna excepción, pero por lo general a mi se me conquista más por una buena letra que por un buen flow, una buena base o un buen ritmo. Si la canción tiene lo último pero le falta lo primero, FIASCAZO.

2- No me gustan las canciones que sueltan líricas agradables al oído sin ton ni son. Por ejemplo: El cielo de tus labios rojos de fresa es como una flor que nace de mi pecho. PUTO ASCO.

3- Como ya comenté en mi anterior post (The Hardest Part, Nudo en la Garganta y Pulp Fiction), me alucina completamente que una canción consiga condensar en pocas estrofas un mundo entero de ensortijados y complejos sentimientos/situaciones. Por ejemplo: Échame a mi la culpa de lo que pase, cúbrete tú la espalda con mi dolor. PELOS NUQUILES DE PUNTA.

4- Que una canción sea casi perfecta para mi, no significa que no me encante. Ese ¨casi¨ se refiere a que no ha conseguido cuadrar el círculo bajo mi punto de vista. Tiene defectos. Pero decido que me los paso por el forro por otros motivos que me convencen (aka: ganan los pros vs los contras).


Qué te parece? Espero que bien porque empiezo en breve y tengo muchas ganas de generar llagas en sensibilidades ajenas ;)