miércoles, 31 de agosto de 2016

Canciones Casi Perfectas - Prólogo

Oye, te gusta la música?

Qué música escuchas?

Yo escucho de todo. Estarás pensando: qué típica es la jodía, pero te prometo que es la pura verdad. Dependiendo del momento vital, de la situación concreta y del estado de ánimo (o desánimo), me inclino por unos estilos u otros.

A veces, si estoy en modo histeria esquizofrénica, incluso escucho varios estilos a la vez y lo acabo de rematar del todo.

El caso es que me pareció interesante que aquí, entre tú y yo, le dedicáramos alguna sección a las canciones casi perfectas. Porque para qué nos vamos a engañar... las canciones perfectas son buenísimas y punto. Poco se puede ya sacar de ahí. Pero las casi perfectas tienen enjundia. Tienen chicha para roer. Me pasa exactamente igual con las personas que me cruzo por la vida. Las taras me ponen mogollón y ahora espero que a ti también te pase.

Y dicho esto, te cuento algunas musicomanías personales que debes conocer antes de entender porqué me gusta lo que me gusta y detesto lo que detesto. Ahí va:

1- Soy más de letras que de melodías. Puede haber alguna excepción, pero por lo general a mi se me conquista más por una buena letra que por un buen flow, una buena base o un buen ritmo. Si la canción tiene lo último pero le falta lo primero, FIASCAZO.

2- No me gustan las canciones que sueltan líricas agradables al oído sin ton ni son. Por ejemplo: El cielo de tus labios rojos de fresa es como una flor que nace de mi pecho. PUTO ASCO.

3- Como ya comenté en mi anterior post (The Hardest Part, Nudo en la Garganta y Pulp Fiction), me alucina completamente que una canción consiga condensar en pocas estrofas un mundo entero de ensortijados y complejos sentimientos/situaciones. Por ejemplo: Échame a mi la culpa de lo que pase, cúbrete tú la espalda con mi dolor. PELOS NUQUILES DE PUNTA.

4- Que una canción sea casi perfecta para mi, no significa que no me encante. Ese ¨casi¨ se refiere a que no ha conseguido cuadrar el círculo bajo mi punto de vista. Tiene defectos. Pero decido que me los paso por el forro por otros motivos que me convencen (aka: ganan los pros vs los contras).


Qué te parece? Espero que bien porque empiezo en breve y tengo muchas ganas de generar llagas en sensibilidades ajenas ;)

lunes, 29 de agosto de 2016

The Hardest Part, El Nudo en la Garganta y Pulp Fiction


Has tenido alguna vez esa sensación? El nudo en la garganta, digo. Supongo que sí o no estarías leyendo esto; aunque también puede ser que Coldplay te haya traído hasta aquí. Porque Coldplay moviliza al personal como dios (se, sin mayúscula, que hoy estoy rebelde).

De entrada estás pensando a qué coño viene tanto signo de puntuación y desenfado injustificado. Pues mira no sé, yo escribo así. Este es el estilo en el que puedo y quiero expresarme y cualquier otra cosa que he llegado a intentar o está vacía o provoca náuseas de amarga bilis cultureta. Así que si no te va esta forma de expresión, este alarde de falta de gusto palabril, este “apelotelodigo”, mejor que te vayas por donde has venido y nos ahorramos escenitas haters, que ya está el tema del odio 2.0 pasado de moda.

Si por el contrario te convence la retórica, sigue leyendo va… y acompáñame en este momento vital cortavenas de ser humano cualquiera. Porque aquí no venimos a sentirnos especiales. Yo puedo ser muchas cosas, pero especial no lo he sido ni lo seré jamás (puñetazo entusiasta en la mesa). Y dicho esto, vamos al lío que no tienes todo el día…

Llevo meses con el asqueroso nudo como si del gargajo más asqueroso se tratara. Y esta mañana estaba tratando de concentrarme en el trabajo, mirando el ordenador como si quisiera hacerlo explotar con la mente (a lo Ele) y decido ponerme los cascos y un poco de Spotify para fomentar la focalización y tal.

De golpe, aleatoriamente va y me sale The Hardest Part de Coldplay y empieza a sonar sin que ya nadie (yo) pueda pararla.


Seguramente ya la conocías. Yo, en mi costumbre habitual de llegar tarde a todo, la descubrí hace poco y rápidamente decidí que me gustaba. Mucho, la verdad.

Porqué? Pues mira porque yo tengo una obsesión desde que tengo memoria, y esa obsesión se enfoca en las expresiones de cualquier tipo que consiguen explicar temáticas muy complejas con muy pocas palabras. A mí eso de conseguir un condensado resumen de algo demoníacamente retorcido me vuelve del revés. Es una cualidad que admiro, que me sulivella a niveles que sólo yo puedo entender. Y ahora quizá tú también.

Se me hace la boca agua, de verdad. Como si alguien tuviera el enorme altruismo de enseñarme la belleza en su nivel más concentrado y puro. Ambrosía para mis sentidos.

El caso es que en The Hardest Part, bajo mi punto de vista, lo hacen de diez. Qué digo de diez, de veinte por lo menos. 

La canción puede tener, como muchas otras canciones en este diverso mundo, diferentes puntos de vista o interpretaciones.

Aquí te vomito la mía: creo que la canción en cuestión es una bonita epístola a alguien que te ha dejado más colgado que un chorizo en su mejor momento (aka: cuando no está ni demasiado tierno ni demasiado seco). Ese odioso ser que te puso la miel en los labios, te ató a un árbol y llamó a los osos justo antes de salir corriendo del bosque. Esa clase de gentuza que disfruta dejándote a punto de caramelo para un sufrimiento angustioso. Para el nudo en la garganta.

Y tú claro, estás ahí con la caña de pescar en medio del campo extremeño. Oteando los olivos con ojos ilusionados esperando a que caiga una trucha de una rama y se agarre mágicamente a tu caña sin cebo (aka: cara de gilipollas integral que está haciendo el primo pero es el único que no se ha enterado aun).

Entonces vas tú, y una vez te das cuenta del engaño, le dices al despreciable ser humano que te ha puesto en esa situación: oye, que me he enterado de que te estás riendo de mi y no tiene ni puta gracia. Dame ipso facto una explicación (morritos airados).

Y es en ese momento, nunca antes, justo en ese instante cuando ese despojo, esa apestosa fosa séptica, te contesta: oye mira, siento haberme esforzado tantísimo para convertirme en alguien importante en tu vida. Siento haberme dejado la piel para que pensaras que ahora soy vital para ti; porque la verdad, la purita purita purita verdad, es que me has aburrido desde el principio y preferiría que te apartaras para siempre de mi camino y no volvieras a aparecer en mi campo de visión nunca jamás, cutre pescador de trucha olivera.

Entonces tú te alejas trastabillando. Confuso y con la boca seca. Te está costando dolor físico darte cuenta de que ya está. Se acabó. Caput. The End. Y además sabes de sobra que no puedes hacer absolutamente nada para cambiar eso.

Y todo esto que yo te he contado en unas trescientos millones de palabras, palabra más, palabra menos, es lo que Coldplay te cuenta en cuatro estrofas con cuatro palabras cada una, palabra más, palabra menos.

Y además… sorpresa! es exactamente lo que te ha estado pasando en los últimos meses con esa persona non grata en tu memoria. Ese moco viscoso con acceso denegado a tus sentimientos.

Y ZASCA!! Nudo en la garganta mientras sigues con tus cascos puestos mirando la pantalla del ordenador de forma demasiado turbia para que no se note. Tú disimulas subiendo y bajando el scroll del Excel que tienes delante, por supuesto.

I could feel it go down... bitersweet I could taste in my mouth…

Y entonces te ves a ti mismo como a Mia en Pulp Fiction. Teniendo un colapso por excesiva ingesta de estupefacientes que te ha subministrado el camello más malrollero de tu barrio. Ahogándote, sin poder respirar y sacando espuma chunga por la boca, con los ojos en blanco y pensando: por favor por favor por favor que alguien me clave ya una jeringuilla en el corazón.


Hola.

Hay alguien ahí?

Si de verdad te interesa lo que voy a contarte, lo primero que querrás saber es que nací en el Mediterráneo.

Original, eh?

Al grano. No tengo ni idea de porqué he abierto este blog. De todas las ideas que me rondaban por la cabeza para sacar lo que tengo dentro, esta es definitivamente la más estúpida.

Pero no puedo hablar con las personas que me conocen y no me atreví a parar a algún desconocido por la calle para contarle lo que se cuece por mi cabeza. Bueno vale, esto seguramente habría sido más estúpido aun. A la par que peligroso.

En fin, un placer conocerte. De verdad.

No quiero parecer exigente de entrada, pero no esperes nada de mi y yo haré lo mismo. Y será la mejor relación interpersonal del mundo entero. Sin correctores de Word ni caras pixeladas. A pelo.

Entonces qué?


Te quedas conmigo?