martes, 25 de octubre de 2016

In/fidelidad, In/ocencia e In/experiencia

Ei, estás ahí? 

Si? Menos mal... Llevo mucho sin pasar por aquí y pensé que ya te habrías marchado.

Me apetece hablar de in/fidelidad contigo.

Yo sé que es un tema complejo que levanta peliagudas ampollas de esas que luego se convierten en úlceras. Pero hagamos de nuestra capa un sayo y vamos allá:

Tengo una amiga escépticamente romántica. Lo que significa que no es alguien que se deje llevar por el aura rosácea que envuelve el término "romanticismo", pero cree en el amor acérrimo e incondicional hasta las trancas. 

Hace unas semanas, hablando con ella, me explicaba de sus planes de cambiar de país por amor, para poder vivir todas las noches y sus días junto a la persona que había escogido para su futuro.

Y sí... lo has adivinado. La palabra clave en la última frase es ese "había" furtivo que te he colado por la escuadra. Sé que estás asintiendo socarronamente delante de tu pantalla iluminada, mientras yo te miro con mosqueo y niego con la cabeza desde el otro lado. Porque te conozco y sé que a ti también te han puesto los cuernos alguna vez. Y cuando te acuerdas no te ríes. Porque no te hace ni puta gracia, claro.

El caso es que como bien han intuido tus avispadas y retorcidas neuronas hace un ratín, el otro día llamó mi amiga en modo intenso y alicaído porque había leído unos whatsapp donde se descubría el amargo pastel de infidelidad que cocinaba su partenaire a sus espaldas.

No sonrías de rasqui, que te veo y te sermoneo otra vez.

Sigamos.

El caso es que revivir con ella esos sentimientos me causó verdadera angustia. Llámame empaticoide, pero es que me alucina cómo los sentimientos desagradables se te quedan dentro para salir a la que alguien les da un silvidito. Y están intactos los jodíos.

Te acuerdas de la primera vez que lo sentiste? Cuando estás convencido de que esa persona es incapaz de traicionarte por todo lo que te ha estado contando y aun peor, por todo lo que ha dejado que tú le contaras? Y aun así te lo hace. Te engaña y encima de la forma más despreciable y repugnante.

Nunca es sutil. Nunca elegante. Chapucero y vulgar. 

Y cuando se te han caído todos esos palos del chozo y tienes que pacientemente volver a colocarlos, se supone que has aprendido una lección vital. 

Entonces vas por la vida dejándote un pie fuera en todas las relaciones humanas (en las animales todavía no. Todo se andará). Y con ese pie fuera, como diciendo "desde aquí puedo coger impulso en sentido contrario cuando yo quiera", vamos tanteando al personal y dando lecciones a dedo alzado a los que aun creen en la idea de fidelidad, con lo triste que es ser profeta en esa tierra. Guardándote esa bala de  "si es que ya te lo decía yo... que no se puede poner la mano en el fuego por nadie" para dispararla a la que intuyas que algún inconsciente ha dejado los dos pies dentro del barro y ahora está de mierda hasta el cuello. Mientras, claro está, te vas soplando los deditos de la mano cuando nadie mira porque aun te escuecen del quemazo que tú te pegaste.

Ostia, es que es una putada enorme perder esa inocencia, sabes? Esa que te firma que puede haber una media naranja más inmaculada que la Santa Paloma. Y no sólo que puede haberla, sino que tú vas y la encuentras. Y luego te llevas el ostiazo de tu vida y ala... a pasearse por el mundo con esa pátina de amargura que te ha dado la experiencia. Mirándolo todo con una ceja alzada amenazando con salirse de tu frente. Y riéndote socarronamente delante de la pantalla de los que están a punto de pegársela o se la acaban de pegar. Esperando pacientemente a que se unan al club de los que ya no se creen unas palabras bonitas aunque baje el mismísimo Neruda a recitárselas. Quenpazdescanse.

Y es que te juro que la experiencia está sobrevalorada (puños apretados a ambos lados de un cuerpo recortado sobre un atardecer de aspecto áspero).

El otro día, en uno de los lugares más remotos y sucios del planeta que habitamos vi un cartel que rezaba: "To be old and wise you must first be young and stupid". 

Tócate los cojones. 

Primero: quién te ha dicho que quiero ser old and wise? Porque a ver, lo de old no es que me haga especial ilusión. Y lo de wise... pues una vez dicho lo dicho, tampoco. 

Segundo: quién te dice que a mi la stupidity me llevará a la wisdom? Porque eso es mucho suponer para cualquier ser humano medio.

Tercero: puedo quedarme young and stupid? Es que a mi lo de young me gusta y lo de stupid pues oye, con el tiempo uno se acostumbra y tampoco está tan mal. Te revuelcas en el barro feliz como un puerco en su pocilga y a esperar que te coman hasta los andares. 

A veces me visualizo en un andén concurrido, con mi maleta Samsonite amarilla llena de experiencia irreversible, y esperando a que llegue mi tren mientras ondeo un bucólico pañuelo despidiéndome de los que se han subido al expreso en dirección a "Old and Wise".

Y cuando se alejan poco a poco soltando humareda blanquecina a diestro y siniestro, yo les grito:


- Id tirando!


1 comentario:

  1. Jajaja, Phoebe, me han dicho que preguntaste por mí. Andaba muy justa de tiempo y saturada de redes sociales que me ponen un poco "de los nervios" y me digo, dije: "voy a ver cómo se da uno de baja aquí". Y mando una consulta preguntando: ¿Me pueden indicar cómo se da de baja un usuario? Y, aquí viene lo mejor, van y me contestan: "Hola, María. Ya hemos dado de baja tu usuario". Toma! por las bravas, arrebatadoramente, sin contemplaciones ni miramientos. Les pedí que me rehabilitaran el usuario y parecer ser que no hay manera, es un acto sin redención posible. Puedes comentarlo en la web si te apetece para que la gente sepa que no me he ido por nada en especial, sino por la acción de un tonto atropellao. No sé si volveré a darme de alta. En estos momentos no tengo tiempo, me lo han ocupado asuntos ajenos e invasores. Cuando se despeje un poco mi vida, quizás. De todas maneras había poca gente que me interesara de verdad: Amezcua, tú, Jack y algún otro, y la mayoría casi no publicabais.

    ResponderEliminar